La vida es una batalla continua,basada en la lucha y el esfuerzo por sobrevivir y por satisfacer tus sueños y necesidades.
Para ello,solemos valernos de nuestras habilidades y gustos y,habitualmente,tendemos a profundizar y perfeccionar aquello que conocemos y se nos da bien.
La vida es como una partida de ajedrez,tienes que pensar con claridad tus movimientos,hacerlos en el momento preciso y contra el contrincante adecuado.Debes buscar alternativas,ponerte en la piel del otro,pensar como pensaría él y demás.
Y cuando das un paso,no hay vuelta atrás.Tienes que atenerte a las consecuencias,tienes que aprender de cada error,de cada paso en falso.Pero ante todo tienes que reconocer que has fallado y querer aprender sobre ello.
Quizás lo más importante de la vida es que por muchas batallas que pierdas no todo está perdido,aun queda la guerra.
A veces,cuando voy por la calle y me paro a fijarme en la juventud,lo cuál también me incluye,aunque no en este caso.Me doy cuenta de lo cruel que podemos llegar a ser las personas,de lo hipócritas que podemos llegar a ser por cosas que sobrevaloramos,de lo miserables que somos cuando pagamos nuestros males con ellas.
Hoy me he levantado con más ganas que nunca de agradecerle a ella el hecho de poder estar aquí,de tener un techo bajo el que vivir,de que sufra cada día por que yo al llegar del instituto tenga cualquier cosa que poder llevarme a la boca,que tenga luz para poder distraerme y ver en los momentos más siniestros de mi vida,y el hecho de abrir el grifo y tener agua para poder asearme.
Me indigna que haya personas que no sean capaces de agradecerles a sus madres todo lo que han hecho por ellas.Es indescriptible la rabia,la impotencia y el odio que siento al ver que alguien trata o habla mal a su madre.Es cierto que cada madre tiene su carácter,tiene sus cosas,sus normas,sus principios,sus valores,pero absolutamente todas tienen algo en común,quieren lo mejor para ti,aunque no sea lo que tu quieres en ese momento.
Por tanto,hoy me apetecía comentar mi particular forma de agradecerle a mi madre todo lo que ha hecho,está haciendo y hará por mi:
"Cada día,antes de ir al instituto voy a su cuarto y la observo unos segundos mientras duerme y es increíble la sonrisa que me produce saber que ese es su momento de mayor disfrute.
Además,cuando llega de trabajar le dejo ver sus novelas aunque yo quiera ver otra cosa,se lo merece muchísimo más que yo.
Cuando puedo voy a verle al trabajo,a ella no le gusta que le vea así,pero sé que le saco una sonrisa cuando le digo desde lejos que le quiero.
Los días que estoy en casa cuando se tiene que despertar voy a su cuarto,me tumbo a su lado y le digo buenos días,mi reina.
Intento esperarla cada noche,porque si no le veo,si no le abrazo,si no le digo que le quiero,la noche se hace fría y eterna."
Te quiero,mamá.
