Hace tiempo que todo comenzó a oscurecer y ahora, justo ahora puedo verlo todo negro. Ya no busco nada, y lo que encuentro lo voy desechando, sin más. Quizás, después de tantos daños, de tanto tiempo, no diré perdido porque de ello he aprendido, llorando, después de tantas heridas y cicatrices me he convertido en alguien diferente.
La idea me aterra, pero sé que ahora no soy aquella dulce niña, de la cual no queda nada, ni rastro.
Ahora, ahora soy aquello que jamás quise ser, una bala perdida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario